martes, 30 de septiembre de 2008

Con fecha de caducidad, pero nunca decrépitos

Hemos hablado de edad. Parecería que el envejecimiento es un proceso común a todos los seres vivos, pero no es así.

Las bacterias y otros organismos primitivos se dividen, o geman, y por esos procedimientos limpios dan lugar a nuevos seres sin edad. Nunca hay ancianos en esas tribus. No es hasta que aparece la reproducción sexual cuando aparece el fenómeno del envejecimiento, y nadie sabe porqué. ¿Que aporta el envejecimiento a la perpetuación de los genes egoistas que cabalgan en nosotros? Aparentemente nada, porque si bien es cierto que la reproducción sexual, -que necesita acercamiento y deseo-, exige que los individuos reproductivamente activos, se gusten entre sí, ¿va en contra de esto que los que ya no son fértiles, o no tanto, se vuelvan decrépitos y repulsivos? El proceso de envejecimiento parece un simple descuido de la evolución, que no le aporta nada beneficioso a ella, y es ominoso y humillante para quienes lo sufren. Si no fuese cuestión de evolución sino de creacionismo, de diseño, solo cabría interpretarlo como una putada del supremo arquitecto, una putada más.

Baldung. Las siete edades de la mujer.


M.A. Boulogne. Las cuatro edades del hombre.

Mientras que la mortalidad es necesaria para mantener el equilibrio de la vida, el envejecimiento no. ¿Qué necesidad hay de envejecer? ¿A quién beneficia el que lo hagamos?



¿No podríamos ser como jóvenes hasta el momento de una súbita apoptosis? Bellos y jóvenes hasta el final, con fecha de caducidad, pero nunca decrépitos...

lunes, 29 de septiembre de 2008

Actitudes de nuestros primeros padres en su gran momento

De todas las representaciones pictóricas de Adán y Eva, esta de Baldung es una de las más verosímiles. Adán, que probablemente ya ha mordido la manzana, mete suavemente mano a Eva, que se deja hacer. Adán nos mira con picardía, y nos da a entender que le importa un güevo que le echen del paraíso, -que le quiten después lo bailao-, escenificando el dicho de aquel autor de novela negra: "un pene erecto carece de moral".

Esta otra representación de Lempicka también es interesante. Adán toma también la iniciativa frente a una Eva que no parece instigadora, sino voluptuosamente derrotada.


En general los pintores han optado por dar una imagen amariconada, o mejor asexuada, de la pareja, como Durero,...

...asustada, como Rubens, -"No, por dios, no lo hagas", parece decir Adán-...

...o directamente atormentada, como Pontormo y Masaccio.



La versión de Domenichino, es, sin duda, la más jodidamente simpática, tanto que parece un chiste. Un Adán completamente plumífero se excusa culpando a Eva, mientras el altísimo le dice con el dedo: "¡Por aquí!"

Hay algo de incestuoso en la relación de esta pareja, pues ella procedia de él, -era hija suya- por el procedimiento de la gemación, y portaba por tanto idéntico código genético, -como los gemelos univitelinos, a los que solo diferencia el ADN mitocondrial-, pero de todo ha de haber en la viña del señor.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Garbanzos chinos


En esta tarde otoñal de domingo, septiembre va tocando a su fin, y con él, quizás, algunas experiencias frívolas. Es hora de recapitular, y un aforismo chino nos ayuda. ¡Cuanta sabiduría en esa cultura milenaria!

Dice el aforismo que si una pareja, durante los dos primeros años de convivencia, cada vez que copula deposita un garbanzo en un plato,

y pasado ese tiempo cada vez que lo hacen retira un garbanzo,

al final de esa vida en común, sea cual sea la duración de ésta, siempre quedará en el plato un buen número de garbanzos.


Que cada cual eche un vistazo a su propio plato y juzgue si el aforismo es acertado o no, en lo que le concierne.


sábado, 27 de septiembre de 2008

El Cuento del gallo

Pues que hablábamos de gallos y de dibujos en la anterior entrada, me vino a la memoria una parábola china en la que uno de ellos, pintado, es protagonista.

Un acaudalado chino, cuyo horóscopo era el gallo, acudió al taller de un famoso pintor para encargarle un cuadro representando a ese animal. El pintor inicialmente quiso declinar el encargo alegando que no era esa su especialidad, pero el rico insistió y le dijo que no había límite en el precio que quisiera poner a su obra. Fijó entonces el artista una cantidad fabulosa, que no sé cuanto sería porque era en yuanes antiguos. "Vuelva en tres meses a por el cuadro", dijo al cliente. Puntualmente, a los tres meses, apareció el chino rico. "¿Mi gallo?", "¡Ah, su gallo!", exclamó el pintor dándose una palmada en la frente. Se volvió a un caballete, puso un lienzo, cogió los acrílicos y en pocos trazos pintó un gallo soberbio en diseño, en fuerza, en movimiento, en vida. "Aquí tiene. Su gallo".


Miró el rico el cuadro asombrado, extasiado. "Es perfecto, sí. No esperaba menos". "¿Trae mis honorarios?". "Bueno, ¡no pretenderá cobrarme esa cantidad por una obra que le ha llevado 3 minutos! Cogió el pintor del brazo a su cliente y empujándole suavemente -"Venga"- le llevó hacia una puerta tras la cual había un enorme taller.



Estaba lleno de bocetos y bocetos y bocetos de gallos.





Pues eso.

viernes, 26 de septiembre de 2008

De Profundis (Sábado, sabadete/ Comix onanista)








Triste est omne animal post coitum, praeter mulierem gallumque.

Atribuido a Ovidio y a Aristóteles, pero seguramente debido a Galeno (130-201)

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos

"Feliz aquel que tiene sus lugares de duración;
ya no será, aunque se haya trasladado para siempre a un país extraño,
sin perspectivas de volver a su mundo,
nadie a quien han expulsado de su patria."

Peter Handke, del ‘Poema a la duración’

La puerta es la misma...

...es el mismo patio, aunque ya no quede ningún eco de entonces.

Son lugares de duración.

[Ya que estábamos allí, viajamos a Guadalupe, y tuve la suerte de presenciar una boda oficiada por un fraile mediático, Fray David. Contaba chistes, y bromeaba sobre las cargas de la vida en común. Yo creo que los novios hubiesen preferido algo más de solemnidad.]

[Que yo sepa no son gemelos, es solo uno. Debe ser que vale por dos. No he encontrado que tenga página web.]

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Dolores de cabeza y otros engaños y autoengaños

33 muchachas detrás de una mariposa blanca. Max Ernst, Thyssen, Madrid.

Cualquier jaquecoso que haya paseado por el Museo Thyssen habrá advertido lo bien que esta pintura de Max Ernst, presuntamente abstracta, refleja el aura visual que a veces precede al dolor. Sabemos que una vez más la iglesia se quiso apropiar de estas extravagancias de nuestro cerebro en el caso de la Monja Hildegard de Bingen (1098-1179). "Desde muy niña, Hildegard tuvo visiones, que más tarde la propia Iglesia confirmaría como inspiradas por Dios. Estos episodios los vivía conscientemente, es decir, sin perder los sentidos ni sufrir extásis. Ella los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores; además iban acompañados de una voz que le explicaba lo que veía y, en algunos casos, de música." (de Wikipedia)

Hildegard de Bingen. Visión
Hoy las visiones Hildegard se interpretan unánimemente como fenómenos migrañosos. Los sentidos nos engañan como quieren. Cerca del cuadro de Ernst está el "Último retrato", de Lucien Freud, cuyo significado yo interpreté malamente, porque no es lo que me pareció.

Último retrato. Lucien Freud, Thyssen, Madrid.

Nos engañan los sentidos, sí, y si no que se lo pregunten a este cavernícola, al que engañan vista, tacto, olfato, y finalmente, el gusto, pero que le quiten lo bailao.


P.S. Creo que mi chica, bicheando y trasteando los fondillos del PC, ha descubierto que escribo un blog. No le había dicho nada, en parte porque desconfío de que esto dure, y en parte porque prefería decírselo en todo caso una vez consolidado. Si es cierto que me ha descubierto, pues desde aquí un beso mu fuerte.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Paseos por el amor y la muerte




SIN PALABRAS
(HAY IMÁGENES QUE HABLAN POR SÍ SOLAS)

sábado, 20 de septiembre de 2008

Experiencias místicas, experiencias cerebrales


Las experiencias "out of body" o de "descorporeización" se han considerado, como la levitación, experiencias místicas o sobrenaturales. El hecho de que algunas personas hayan sentido como su "yo" abandonaba físicamente su cuerpo en circunstancias de proximidad a la muerte ha reforzado estas explicaciones. Pero ciertamente que no hay nada de sobrenatural aquí, sino solamente una prueba (más) de que nuestro cerebro trabaja por caminos que no nos resultan "intuitivos", o fácilmente explicables. En general situamos nuestro yo donde tenemos los ojos, o detras de ellos, pero en el artículo que aquí enlazo

http://content.nejm.org/cgi/reprint/357/18/1829.pdf

se describe como un hombre al que se le estimulaba eléctricamente determinada zona de la corteza cerebral para tratarle un problema de ruído en los oídos, -un tratamiento poco convencional ciertamente-, sentía como cada vez que se le aplicaba el estímulo se desplazaba de su propio cuerpo, unos 50 cm hacia arriba y hacia la izquierda, flotando sobre sí mismo. Los investigadores pudieron determinar qué áreas cerebrales eran las que se activaban coincidiendo con esa sensación. Es muy posible que sean las mismas que se activan en las circunstancias de proximidad a la muerte, o de experiencias místicas de flotación o levitación, solo que en estas la activación se debe producir de forma intrínseca.



Todo, todo lo que percibimos, sentimos, creemos, sabemos, o dejamos de saber, todo, está en nuestro cerebro. Ahí y solamente ahí. Y no tenemos acceso a nada más (ni a nada menos).

viernes, 19 de septiembre de 2008

Matar al mensajero, romper el espejo



Hay mucha gente que censura fotos. Gente que, celosa de su imagen, elimina las imágenes de sí misma en las que advierte defectos, o que no coinciden con la idea que sobre ellos tienen forjada. Antes cogían el sobre de las fotos y rasgaban las que no superaban el filtro, ahora es más fácil aun, deleteando lo que no les gusta. Se podría decir que rompen el espejo que les devuelve un reflejo poco satisfactorio, o matan al mensajero que les trae noticias de sus defectos o de su deterioro, o de lo que ellos consideran tal.



¿Tendría quien posó para esta bella y convulsa mujer yacente, expuesta en el Quai d'Orsay de París, la tentación de liarse a martillazos con la estatua cuyo verismo deja de manifiesto una incipiente, cercana, celulitis?

jueves, 18 de septiembre de 2008

Un cementerio de muertos bien relleno

El recordar a Espronceda ha desencadenado una asociación de ideas que me lleva a un cementerio de los que a él le gustaban:

LA DESESPERACIÓN
"[...]
Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.
[...]"
-----------------------

Cementerio de Pérè-Lachaise (París)

Tumba de Chopin


Tumba de un Sr. probablemente adinerado en vida


Tumba de Jim Morrison (The Doors)


"Jim, 3600 km solo por tí"
---------------------------------------


Por cierto, que el poema "Desesperación" finaliza así:


"Me agradan las queridas
tendidas en los lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello...
¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!"

Vaya como estaba el poeta de Almendralejo...