jueves, 20 de noviembre de 2008

Curiosidad


Hoy, además de algo relacionado con el niño, es el Día Nacional del Ictus. ¿Sabeis a qué se refiere esto?

A quien quiera contestar le ruego que lo haga antes de mirar la wikipedia. Gracias.

martes, 18 de noviembre de 2008

Las células madre y la madre del cordero

Hoy vamos en serio. Este señor de maneras clericales, -con aire de franciscano laico contento de haberse conocido- es hoy Ministro de Sanidad -como antes lo fuera Celita Villalobos-. Se llama Bernat Soria, y antes de ser ministro dicen que fue investigador. Hablaba de las células madre con soltura, y prometía con ellas –"si le dejaran"- milagros sin fin; reunía a las madres de niños diabéticos y les ponía la curación de sus hijos en un horizonte próximo, “si le dejaran.”

Así se hizo famoso, y emigró de la comunidad donde mejor le conocían a otras. Se dice que quien busca amores fuera de su lugar o va a que le engañen o va a engañar. El caso es que llegó a ministro sin que sepamos si llegó a investigar algo.

Desgraciadamente no es fácil la terapia celular. Han sido muchas las enfermedades –degenerativas- en las que se ha pensado como objetivos para sustituir células enfermas, programadas para morir, por otras, que procedentes de distintas fuentes -el propio cuerpo, cordones umbilicales, embriones-, podrían sustituirlas con éxito, restaurando así sus funciones. Sin embargo, más allá de charlatanerías llevadas a cabo en China u otros países lejanos, esos éxitos son exiguos.

Las células no prenden, o prenden pero no hacen la función que de ellas se espera, o incluso enloquecen en su nueva ubicación y se transforman en tumores. Además, hay que protegerlas del rechazo, como células extrañas que son cuando no proceden del mismo paciente, lo que acarrea el uso de medicamentos a su vez peligrosos.



La última vuelta de tuerca es que las células implantadas adquieren la enfermedad que vinieron a curar. Hace años a pacientes con parkinson se les implantaron células de la sustancia negra de fetos, con el fin de que suplieran a las propias, que iban muriendo.

Las células fetales lo hicieron mal, porque los pacientes apenas mejoraron. Ahora, cuando algunos han fallecido, se les ha hecho la autopsia, y se ha encontrado que había células procedentes de los fetos que aun sobrevivían, ¡pero estaban enfermas! Habían desarrollado en apenas 10 años la misma enfermedad que se les había llamado a solucionar.


Mientras tanto, nuestro carismático Bernat disfruta de su ministerio como un enano, y es llamado a EE UU a explicar cómo se consigue prestar asistencia sanitaria gratuita y universal a toda la población con un exiguo presupuesto.

Esto sí es fácil: ofreciendo una asistencia de mala calidad, progresivamente deteriorada, ya camino de la beneficencia –al menos en Andalucía, donde el deterioro asistencial es disfrazado con marketing y relumbrón- y cargada sobre las espaldas de unos profesionales desbordados y mal retribuidos en todos los aspectos.
Ya dije que hoy iba en serio. Lo siento.
Tan en serio iba que casi que se me fueron de la cabeza otros implantes más famosos que los celulares, y hasta más positivos, según se mire. Los de silicona.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Dormir, soñar, morir...

Hace no mucho oí una entrevista a un neurólogo experto en sueño. Le preguntó el entrevistador que si aconsejaba a las parejas dormir en la misma cama o en camas separadas. “Bueno, dijo, al principio durmiendo en la misma cama se ahorra en tiempo y desplazamientos,

luego, cuando comienzan él con los ronquidos y ella con las piernas inquietas, más vale poner tierra por medio...”

No hablaré de los ronquidos pues todos sabemos qué son, o al menos como son: un ruido a veces ensordecedor que se produce por la vibración de los músculos de la faringe al pasar por ellos el aire de la respiración cuando están flácidos e hipotónicos. Afectan más a los hombres –los sufren sus parejas-, sobre todo por encima de los 40, y se agravan con la obesidad y el alcohol.

Los ronquidos no son fáciles de tratar; cuando se acompañan de apneas –interrupciones de la respiración- se aconseja dormir con la llamada máquina del sueño que inyecta aire a presión con una mascarilla, y que es engorrosa, pero dicen que puede evitar la somnolencia diurna, o consecuencias tales como el desarrollo de hipertensión y arritmias. Este problema de la “apnea del sueño” se ha popularizado en parte por los intereses de quienes fabrican y venden estas máquinas.
Lo del síndrome de las piernas inquietas –mal nombrado por el pueblo como “la pierna inquieta”- es menos conocido, y consiste en una sensación de malestar indefinible –como calor, como hormigueos, como opresión- en las piernas durante el sueño, que mantiene semidespierto a quien lo padece y le obliga a moverlas continuamente, sacarlas de la ropa y volverlas a meter.

Es, con mucho, cosa de mujeres, sobre todo a partir de los 40, y perjudica a quien con ellas duerme. Tiene tratamiento, útil solo a veces, como todos.

Pero lo peor es lo que se conoce como “trastorno del comportamiento en el sueño REM”. El sueño REM (de rapid eye movements, o movimientos oculares rápidos) es una fase del mismo en la cual la actividad electrica cerebral es igual que la de la vigilia, los músculos del cuerpo están totalmente flácidos, y los ojos se mueven rápidamente en todas direcciones. En esta fase es cuando se producen los sueños bien estructurados, -como ese tan agradable en el que somos capaces de volar- pero también las pesadillas, especialmente aquellas en las que queremos huir y no podemos porque los músculos no nos obedecen.


A veces durante estos sueños somos capaces de superar la parálisis de nuestros músculos y hablamos o pataleamos, o damos manotazos a nuestro alrededor. Si esto se hace persistente y muy frecuente, puede ser un gran problema para el propio durmiente y para su pareja, que amanecerá con un ojo morado o con otras señales de violencia. Este trastorno puede ser preludio de algunas enfermedades neurológicas degenerativas, como el parkinson, y además no tiene tratamiento fácil. A veces quienes lo padecen han de atarse a la cama para evitar caídas.


Problemas relacionados son el sonambulismo y otras llamadas parasomnias, o la narcolepsia-cataplejia, pero lo dejaremos para otro día.

Los animales dormimos simplemente como adaptación al inevitable ciclo luz-oscuridad de nuestro mundo. Una vez que lo hacemos, nuestro sistema nervioso ha evolucionado para sacarle partido al sueño, reforzando y repitiendo actividades neuronales necesarias, o reseteando circuitos para que luego estén mejor operativos; eso son los sueños. Nada queda ya, en lo que sabemos, de los delirios de Freud acerca del sueño como revelador de zonas oscuras o censuradas de nuestro ser.

Hoy, puede uno soñar tranquilamente cosas raras, -como por ejemplo llegar a Presidente de Gobierno-, sin que le acusen de que quiere matar a su padre,

o tirarse a su madre.

Hoy una mujer puede soñar,



incluso con lobos blancos de rabo erecto,

sin que eso signifique que está deseando que la follen, como con frecuencia malinterpretaban los psicoanalistas

¿O no? Dr. Freud, ¿estás por ahí?
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P.S.-



Así estaba la cosa hoy, Malo, malísimo.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Cosas veredes

El quijote, como todas las grandes obras de arte, establece con el espectador tantas relaciones como espectadores hay. A algunos les ha llamado la atención que quien surge como una burla, como un figurón que representa lo que el autor quiere criticar, acabe convertido casi en la quintaesencia de lo español, o peor aun, como un ejemplo a seguir.


Don Quijote representa la intolerancia, el fanatismo, el fundamentalismo, aquello en fin de lo que muchos quieren liberarse, pero la única liberación de estas posturas que el propio Quijote ofrece es hacia la ramplonería y la capacidad acomodaticia de Sancho, o hacia el conservadurismo del cura y su entorno, o a la vacuidad de los aristócratas que hacen del caballero objeto permanente de burla. Don Quijote no sería hoy, desde luego, un compañero agradable para conversar o para salir de copas. Discutir con él el predominio de las letras sobre las armas, o de las ciencias sobre las letras, sería arriesgarse al enfrentamiento violento, a terminar con su lanzón roto sobre la cabeza.


Nabokob, por ejemplo, fue incapaz de apreciar humor inteligente en el Quijote, y aunque seguramemente fascinado por él, le llamó “mala novela”, de la que hizo una lectura “agelástica”, poniendo énfasis en lo mucho de violento y cruel que el libro encierra, que desde luego no es poco.

Algunos han querido ver en la atracción del personaje por la juguetona Altisidora, –una dama-niña de 14 años-, un esbozo de la pasión enfermiza que Humbert Humbert sentiría mucho más tarde por su hijastra Lolita.


Precisamente mientras que algunos han considerado que Don Quijote era una persona asexuada, que justificaba siempre de alguna manera su miedo y rechazo al contacto sexual –la escena de la Maritornes, su relación con Marcela –pastora inquietante por su ansia de libertad e independencia-, o con la propia Altisidora-, otros ven el libro cruzado por sexualidad implícita, y más o menos explícita, que incluye desde una presunta relación homoerótica entre el caballero y su escudero, hasta travestismos, pederastia o menages a trois como los que se esbozan en la extraña propuesta de Anselmo a Lotario.



Cosas veredes, si os atreveis a visitar el libro, o a revisitarlo, con renovada ambición intelectual.
Estos enlaces amplían algunos de estos aspectos, en un libro inagotable:

lunes, 10 de noviembre de 2008

Fitzcarraldo se pasea por la Sierra de San Jorge

Brian Fitzgerald "Fitzcarraldo" era un hombre excéntrico, que amaba la ópera con obsesión. Decidió construir un teatro de ópera en plena selva amazónica. Para ello debía conseguir primero el dinero, y hace fortuna en el negocio del caucho. Para realizar su plan debía transportar un gran barco fluvial fuera del agua, por encima de un monte, para lo cual contó con la ayuda de un gran número de nativos. La epopeya de subir y bajar el barco en una sola pieza, unido al paisaje y a la ambientación hacen de la película que narra estos hechos (Werner Herzog, 1982) un film en la categoría de cine-arte, según Wikipedia.

Pero lo nuestro no es una película, sino una pesadilla. Un nuevo Fitzcarraldo, -Rodriguez Ibarra, su hábil y honesto empresario de cabecera, Gallardo, o un híbrido de ambos-, ha puesto sus ojos en mi tierra - a 300 km de cualquier mar- y ha ideado y decidido la construcción y puesta en marcha de una refinería en pleno corazón de Extremadura, de la Extremadura fértil, en Tierra de Barros. En este caso los nativos son los funcionarios del PSOE regional y local, que en una gesta sin precedentes están siendo capaces de acallar, ningunear, desprestigiar, -y llegado el caso fustigar- a cualquier voz que se alce en contra de esta, cuando menos, dudosa empresa.

No hay sitio, no ya para la discusión, sino siquiera para la polémica o el simple diálogo: “son perdedores de derechas, son resentidos de izquierda, no son nadie, son ecologistas trasnochados, son la "derecha agraz y montaraz" defendiendo privilegios....” cualquier etiqueta descalificadora es buena para negar el diálogo con quienes se oponen a la obra, y esto, que es la ignominia, va más allá de las razones económicas, medioambientales o sociales que haya tras la empresa, que ni siquiera se pueden abordar en foros democráticos. La utilización que en este tema se está haciendo de los medios públicos -y de los privados "afines"- es paradigmática. No vale el argumento de que el PSOE gana las elecciones por mayoría en las zonas afectadas. Las elecciones no son un plesbicito, y votar al PSOE por muchas otras razones posibles no significa apoyar la refinería. Ellos deberían entenderlo así.

Se construya o no finalmente, el episodio está marcando el talante del PSOE extremeño, que no está dando, desde luego ejemplo de actitud democrática en este punto, sino que están incluyendo este aspecto de su proceder en la pequeña y gran historia universal de la infamia. Hasta hace poco el PSOE estaba solo en la defensa del proyecto; ahora se le ha unido el PP, al ver que no saca rédito político de la oposición a una operación que, además, se diría más propia de ellos y de su estilo. Quizás la adhesión del PP abra los ojos de los socialistas que defienden el proyecto de buena fe para advertir en qué sitio -y con que maneras- están poniendo la era

Mi propuesta, como extremeño de la diáspora concernido por lo que ocurre en mi tierra, es que tras un periodo de debate en todos los foros posibles -políticos, sociales, mediáticos o académicos- se convoque un referendum -mejor vinculante- en los municipios afectados. Al fin y al cabo, -más allá de los intereses suprarregionales que puedan exisitir, cuyo control corresponde precisamente a las autonomías- serán los que se beneficien de las ventajas, o sufran con los inconvenientes de este proyecto que a primera vista es innegable que parece anticuado, antiestético, contaminante y poco o nada rentable en el medio y largo plazo.

Y además, es que por experiencia sabemos que el mal viento siempre sopla pal pueblo.