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¡Y a mucha honra!
25/08/2009
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5 comentarios:
Al final has caído y te vas a iniciar como bloguer. Bienvenido, si perseveras, en esta aventura que para mí es existencial. Un cordial saludo. Aquí tienes tu primer comentario.
He visto tu perfil personal y he advertido que te gusta Bergman. Yo soy un entusiasta que ha visto casi todo su cine. En agosto de 2007 escribí un post titulado Mi vida sin Bergmann.
Joselu, gracias por desvirgar este blog en lo que a comentarios se refiere. No perseveraré en esta aventura, casi con seguridad, por falta de tiempo, y porque tengo más de troll que de exhibicionista.
En mi perfil personal no cito a Bergman, sino a Fresas Salvajes. He visto casi todas sus películas, y no sé porqué -o quizás sí- me he quedado con esa. Una película, una composición musical, un libro, un libro olvidado, pero que en su día también nos llevó a Suecia. Lo que yo siempre quise ser es el que pasó aquel verano con Mónica... aunque al final Mónica se largase con otro.
Bueno, como troll o como lo que quieras serás bienvenido. Un bergmaniano tiene que aportar cuestiones interesantes. También me gustó Un verano con Mónica. Me fascinan Secretos de un matrimonio y Sarabanda, además de Gritos y susurros. Bueno, casi todo Bergman.
Los padres jesuítas veían en Bergman preocupaciones asombrosas; es curioso, pero lo tenían casi por miembro de la orden. No se daban cuenta de que más allá de sus preocupaciones metafísicas o escatológicas, que eran las únicas que ellos subrayaban en los cine-forum, a Bergman le interesaba la vida y las relaciones humanas, satisfactorias o no, o casi siempre insatisfactorias al cabo. Yo ahora creo que mi película favorita suya es Fanny y Alexander, y las secuencias de la Flauta Mágica en las que la cámara enfoca al público.
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