viernes, 19 de septiembre de 2008

Matar al mensajero, romper el espejo



Hay mucha gente que censura fotos. Gente que, celosa de su imagen, elimina las imágenes de sí misma en las que advierte defectos, o que no coinciden con la idea que sobre ellos tienen forjada. Antes cogían el sobre de las fotos y rasgaban las que no superaban el filtro, ahora es más fácil aun, deleteando lo que no les gusta. Se podría decir que rompen el espejo que les devuelve un reflejo poco satisfactorio, o matan al mensajero que les trae noticias de sus defectos o de su deterioro, o de lo que ellos consideran tal.



¿Tendría quien posó para esta bella y convulsa mujer yacente, expuesta en el Quai d'Orsay de París, la tentación de liarse a martillazos con la estatua cuyo verismo deja de manifiesto una incipiente, cercana, celulitis?

11 comentarios:

Joselu dijo...

Sí, es compleja la relación que establecemos con nuestras imágenes menos satisfactorias. Para los otros nos reflejan claramente, pero para nosotros son un espejo de nuestra decadencia y no queremos verla.

Pantagruel dijo...

Un amigo me decía que de buena gana destrozaría los ascensores de los hoteles, tan generosos en luces y espejos, que le ponían antes sus ojos la progresiva transparencia de su coronilla... Claro, que para esto siempre queda el "remedio Bono".

xhandra dijo...

A veces como dices nos hacemos una idea de nosotros mismos que no es la misma que nos devuelve el espejo. Yo personalmente me da lo mismo salir bien o mal, no las borro. Al contrario, me río muchísimo. Eso sí, procuro esconderlas, aunque me hermana se empeñe en enseñarlas a todo aquel que llega a casa de mis padres de visita.. en fin, somos como somos...

Pantagruel dijo...

Conozco a una chica que sistemáticamente elimina las fotos en las que aparece con determinado gesto o mohín que es totalmente característico de ella, elimina un 60 o 70 % de sus fotos, que para los demás son aquellas en las que mejor está... Las fotos en las que más nos gustamos son aquellas en las que salimos con la cara de mirarnos al espejo; nuestros gestos habituales en otras circunstancias, nos pueden parecer chocantes. En fin, que somos como somos, tanto pa las tonterías como pa las cosas importantes.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Me encantan las fotos, pero tienes razón, las borro cuando no me gusto en ellas, salgo bien en aquéllas que sonrío en plan pose, pero cuando me pillan de sorpresa estoy horrible, claro que las borro ¡cómo voy a dejar eso para que mis nietos digan: jolines la abuela que feíta era, la pobre!.

La de la foto claramente tenía celulitis, lo que demuestra que el autor era muy buen escultor y muy mala persona, ¿qué le hubiera costado alisarle las nalgas?

Pantagruel dijo...

Seguro que entre las fotos que desprecias están algunas de las mejores.

¿Y si al escultor le gustaba su chica con celulitis incipiente? ¿No es igualmente verosímil que a Rubens le gustaran las mollas y la celulitis de sus modelos? Ellas no parecen nada acomplejadas en los cuadros ¿Es que no les preocupaba lo que pensaran sus nietos?

Susana dijo...

Era otra época y el canon de belleza era otro, por lo tanto los nietos pensarían " que rebuena esta la yaya ". :)

Pantagruel dijo...

No estoy muy seguro de lo del canon de belleza. Poco antes Boticelli nos proponía unas chicas supermodernas. Me parece que es más una cuestión de gustos personales.

Borrasca dijo...

Yo si me hubiera liado a martillazos!!!!! jajajajaja

Besos

Hitos dijo...

A mi me ocurre justito lo contrario que a shikilla; si pongo pose salen terribles pero si me pillan sin darme cuenta me veo natural y hasta atracativa.

Y la foto que has puesto me reconcilia con las artes plasticas ¡Puedo ser modeeeeeeeeeelo!

Pantagruel dijo...

Borrasca, Hitos, las dos teneis razón.